Después está la opción de optar por alguna de las fuerzas minoritarias. Rosa Díez, sigue luchando contra los molinos de viento del bipartidismo y su "voto útil" (desearía de corazón que ojalá lo fuera, Rosa), se va a volver a perder en la nada una vez más.
El caso es que nuestros políticos parecen estar involucionando con respecto a la sociedad que les rodea y que desconocen. Situaciones que parecen en principio anecdóticas, como no saber el precio medio de un café en cualquier establecimiento hostelero de España, permiten dibujar esbozos del estado comatoso en el que se encuentra nuestra política nacional y la incapacidad de aquellos que se han postulados como salvadores del pueblo llano, pero que con su forma de actuar parecen gritar veladamente un "todo por el pueblo, pero sin el pueblo".
A partir del 20-N, más madera.
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